Sabemos que nos hemos puesto un poco dramáticos en el titular, pero se acerca la fecha de las cenas y comidas navideñas de empresa y en todo sarao corporativo, siempre hay alguien que da la nota. A no ser que seas jefe, te aconsejamos que sigas leyendo para prevenir posibles arrepentimientos.
La clave para una cena de empresa se encuentra en el término medio: ni una bacanal, ni un funeral, ni en vaqueros, ni de chaqué, ni cotilleo de prensa amarilla, ni conversaciones sobre el tiempo. Sin embargo, lograr que impere al sentido común y a la mesura en una situación en la que nos salimos de la rutina diaria puede resultar difícil.
Antes de la cena, cuando se trate el tema en la oficina, dos apuntes claves:
- No te pongas en plan estrellita con comentarios del tipo “a mi estos compromisos no me gustan.”
- Tampoco vayas de “ultra-motivado”, nada de preguntar 100 veces si habrá barra libre, porque si lo haces, ya tendrás a unos cuantos compañeros expectantes y llevando la cuenta de las copas que te tomas.
¿Qué me pongo?
Depende de si es cena o comida o de si vas desde el trabajo o desde casa, pero la regla es: SUTILEZA y es que parece que con tanta guirnalda y lentejuela hay gente que pierde el norte y se pone el árbol de navidad encima… pero ¡ojo¡ tampoco vayas hecho un trapo y marca un poquito la ocasión con alguna prenda especial o complemento.
Modales en la mesa.
No vayas con la mentalidad de que como paga la empresa hay que comerse hasta la servilleta. Demuestra modales, pero tampoco caigas en cursilerías forzadas, se notan… y ¡consejo importante! No olvides (ahora viene el momento publicitario) el kit dental de LEA, especialmente porque se ha puesto de moda el menú de arroz negro.
La sobremesa.
Retírate a tiempo. Si no lo haces quédate con tu círculo de confianza. Si tampoco lo haces… seguramente sea porque lleves unas copas de más. Si te encuentras en este punto, recuerda que estas a muy poco de superar la cena victorioso o cometer un fail de los grandes.
- Cuidado con sacar a relucir los bailes propios… si lo haces, eres carne de cañón para las redes sociales y además, te aconsejamos que lleves encima un buen desodorante de bolsillo para evitar el efecto Camacho.
- Sonríe mucho y habla poco. Nada de política, religión y mucho menos, aprovechar la euforia para intentar solucionar heridas abiertas con compañeros.
Aún así, seguramente más de uno en unos días pensará “¿Por qué no seguí los consejo del blog de LEA?”, en ese caso que no cunda el pánico… ya meterá la pata otro… aunque habrá que esperar al año que viene.
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