Katana en la lucha, Kamisori en la barba
«Cada arma requiere un talento para la ocasión»
Hay titulares en los periódicos que hacen que ciertos sectores se echen a temblar y otros tantos se froten las manos. Hace un par de años el diario británico The Times se hizo eco de las revueltas japonesas en torno a la obligatoriedad declarada de que todo funcionario eliminase pelo alguno de la cara. Podréis suponer que barberos y fabricantes de navajas kamisori lucieron amplias sonrisas al intuir el crecimiento próximo de su negocio.
En este caso, la causa había sido una anécdota convertida en titular. Un trabajador desaliñado y con perilla asustó a una inocente viejecita de la localidad japonesa. Sin embargo, fue una razón mayor la que promovió el origen de la navaja kamisori tan característica de la zona: la llegada del budismo y la práctica de tonsura en sus monjes. A eso se sumó el hecho de que siglos después, prohibida la fabricación de katanas, espadas propias de la casta samurái que se abolió, Japón recuperó a sus forjadores para la creación de cuchillos de cocina y variables de hojas de afeitar con las mejores técnicas y metales.
Hoy en día el afeitado japonés mantiene aun en algunas barberías la experiencia del afeitado original: el profesional del pelo masajea la cabeza, y no solo afeita el rostro, también la frente, cejas, cuello e incluso los la superficie de las orejas, algo que suponemos debe ser de lo más placentero.
Tal es la veneración a esta tradición, que surgen empresas como Kamisori Club que preserva los valores del afeitado clásico en Japón, vende productos de afeitado y mantiene una especie de “museo privado” del afeitado en Yokohama, a media hora de Tokio, con navajas tradicionales, maquinillas, brochas, etc
En la foto Takahito Maruyama, “Head Barber” de la barbería Barneys Barber’s shop en Yokohama, Japón, antes de afeitar a un cliente con Lea Classic. Igual que a los japoneses, nos gustan los afeitados Classic.
Os dejamos con algunas imágenes de la colección Kamisori: