qué bello es vivir

“Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad…” cántalo bien alto porque, ¡hoy es Nochebuena! Algo que sabes muy bien debido a que ves a tu alrededor a tu madre y a tu abuela de los nervios porque no saben, a estas alturas, si va a llegar toda (esos tres camiones de comida que encargaron para traerla) la comida para todos.

Es esa noche donde todo son reencuentros, esperados y no tan esperados, donde ya tienes escrito ese larguísimo argumentario para responder de la manera más educada y complaciente al estructurado tercer grado al que ya sabes de sobra que vas a ser sometido por tu tía Engracia, quién en sus ratos libres debe ser que ayuda a la CIA en los interrogatorios.

Pero esto no es todo, porque luego queda la fase de recogida de mesa y posterior derroche de simpatía y glamour de toda la familia, quienes ya con media dignidad olvidada se dedican a dejar patente que lo suyo es todo menos afinar en el SingStar. Pero les quieres por y a pesar de todo esto, porque son tu familia, y, en el fondo, no hay lugar donde te lo pases mejor.

Porque las Navidades son tradiciones, como la de estar todos juntos comiendo en Nochebuena, ver las típicas películas que ponen todos los años en la televisión cuyo guión no puede ser más predecible, pero sin las cuáles sentirías que te falta un pedazo de esta festividad. Una de estos grandes clásicos inolvidables es la película Qué bello es vivir, la cual nos enseña que lo mejor de la Navidad es estar en familia y amigos, disfrutando del famoso espíritu navideño envuelto en solidaridad e ilusión.

Hoy es un día hecho para disfrutar en familia, comer mucho, cantar villancicos sin cesar, llevar un afeitado perfecto con LEA (lo siento, lo teníamos que decir) y aprovechar los días libres que hayáis podido conseguir. ¡Feliz Nochebuena!