Llevadas por ellos y disfrutadas u odiadas por ellas. Sin darnos cuenta las barban interesan por igual a quienes las llevan y a sus acompañantes. En este post vamos a hablar de esas grandes compañías femeninas de las barbas, ¿reconoces alguna?
La madre incomprendida. Siempre pensará que su hijo está mucho mejor sin barba, con lo guapo que es lo mejor es que se le vea bien la cara. Además, siempre encontrará la forma de recordarle a su hijo que la lleva descuidada y que parece un delincuente, aunque la lleve perfectamente peinada. En su cumpleaños le regalará, a propósito, productos para el afeitado, diciendo que ha sido sin querer. Cuando presuma de hijo ante las vecinas siempre sacará la foto de cuando todavía no llevaba barba. Nunca terminará de entender que su hijo sea un barbudo.
La madre orgullosa. A su hijo solo le ve cosas buenas, y la barba no iba a ser menos. Quizás en su interior no le termine de convencer, pero de cara a sus amigas y al mundo exterior, tiene muy claro que todo lo que tiene que ver con su hijo es perfecto. Si se ha dejado barba es de las que dice “¿Has visto que cambio ha dado mi hijo? Eso es porque lo han ascendido” o si se deja bigote “Mira que guapo mi pequeño, ha cambiado tanto, y todo gracias a la novia tan estupenda que tiene”. Una joya de madre.
La novia sufridora. Si la barba no está cuidada será la gran perjudicada. Ella tiene claro que en las fotos la barba queda muy bien, no hay filtro de Instagram que se le resista con ella. Pero cuando llegan los besos es otra historia. Suelta indirectas del tipo, «Si fueras afeitado te parecerías a DiCaprio», y otras más directas como «Ya va siendo hora de cuidarte la barba». Es la sufridora, y solo sueña con tener un novio con una barba suave, tan suave como acariciar a un gatito.
La novia fan incondicional. Sabrá valorar la barba de su novio y no dudará en decirle lo bien que le queda y lo cuidada que la lleva. Siempre que tenga ocasión le acariciará la cara y le dirá lo mucho que se parece a ese cantante tan guapo. Acepta todo tipo de diseño de barba, con la condición de que vaya arreglada. Se olvidará de cómo era sin barba, hasta el punto de negar que su novio sea el de la foto de la comunión, porque aparece sin barba. Sabe que la barba saca la mejor cara de su chico.
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